Perspectivas

Journal for the Hispanic Theological Initiative

News and Updates



Perspectivas is the online peer-reviewed bilingual
subscription journal of the Hispanic Theological Initiative
  • Current Issue
  • About
    • About Perspectivas
    • About HTI
  • Archived Issues
    • Free Back Issues
  • Book Reviews
  • Submissions
  • Subscribe

Jun 18 2025

JUAN R. MEJÍAS ORTÍZ, “Nuevos Comienzos, Viejos Desafíos.” (28 de agosto, 2021)

JUAN R. MEJÍAS ORTÍZ, “Nuevos Comienzos, Viejos Desafíos.” (28 de agosto, 2021)

Rev. Dr. Juan R. Mejías Ortíz (Disciple of Christ, CC)
Evangelical Seminary of Puerto Rico, PR

Abstract
Leer MásLeer Menos
English
Full Text:
Download

 

Nuevos Comienzos; Viejos desafíos
Palabras de Aceptación de la Presidencia
Reverendo Juan Ramón Mejías Ortíz, Ed.D.
Décimo Segundo Presidente
Catedrático Asociado en Teología Práctica
Seminario Evangélico de Puerto Rico
28 de agosto de 2021

 

Palabras de Agradecimiento

Paz y gracia de Dios Padre y Madre y de nuestro Señor Jesucristo sean con ustedes hoy y por siempre. Gracias por estar aquí en este momento tan importante para la comunidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico, para las denominaciones auspiciadoras y para mi familia. Les agradezco mucho y quedo en deuda.

También agradezco a la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa y su pastor Rvdo. Dr. Víctor A. Graulau Müenchow por recibirnos en esta tarde con tanta hospitalidad. Mi esposa Esmeralda y yo estamos muy felices de que esta actividad se esté llevando a cabo en este precioso lugar. Hace casi dos décadas tuve el privilegio de pastorear de manera interina esta amada congregación. De hecho, ustedes no sólo son mi iglesia madre, sino que también fueron la primera congregación que pastoreé. Hoy desde la distancia del tiempo les aseguro que les pastoreé con todo mi corazón y energía. De ustedes llevo guardado en mi mochila ministerial muchos recuerdos gratos. En esa época yo era muy joven. De seguro tuve muchos aciertos y desaciertos. Los primeros, por favor, atesórenlos como parte de la semilla que sembré en este precioso jardín. Los segundos, consideren olvidarlos por amor. Gracias por ser nuestra familia y cuidar de mi mamá durante todo este tiempo.

Palabras de Aceptación de la Presidencia

Hermanas y hermanos de la Junta Directiva del Seminario Evangélico de Puerto Rico, acepto con mucha alegría, gozo y esperanza esta loable designación. Les confieso que nunca pensé que tendría este grandísimo honor y mucho menos aspiré a tenerlo. Después de dos años como presidente interino recibo este alto galardón de forma humilde, en obediencia al Señor y en fidelidad y respeto a la Iglesia en Puerto Rico. Recuerdo que en una ocasión, el Señor ministrando a nuestras vidas nos dio una palabra profética en la que anunciaba que asumiría una posición a nivel nacional. Jamás pensé que esta palabra se cumpliría con la silla del presidente ejecutivo del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Tengo muy presente lo que me pidió el Señor en ese momento de ministración, “¡mantente humilde!”. Les confieso que he intentado cumplir con esta palabra cada día de mi vida con todas las fuerzas posibles, presentándome ante ustedes, mis hermanas y hermanos, como el que sirve y no como el que pretende ser  servido. Hoy me presento ante ustedes como soy. Pienso que mi afabilidad es mi mayor virtud, pero a su vez mi fragilidad más visible, y a causa de eso en ocasiones me lastiman.

Ustedes, muy amados hermanos y hermanas de la Junta Directiva necesitaban un presidente o una presidenta que ayudara a dirigir la institución en su noche más oscura. Vinieron hasta Vega Alta para buscarlo y eso me honra. Provengo de una familia pobre que forjó camino desde el barrio Sabana Hoyos en Vega Alta. Producto de ese hogar están hoy aquí mi madre Belén y mi tío José “Cheo”, a quienes amo profundamente. En casa de mamá y papá, mis abuelos, nunca me enseñaron a orar o a rezar. No recuerdo haber recibido alguna enseñanza catequética, mucho menos doctrinal. Tampoco recuerdo que me llevaran a algún templo para aprender del mensaje liberador de Jesús de Nazaret. De eso se encargaría el Señor por otras vías y a través de otras manos como las de la hermana Migdalia Candelaria y a través del muy amado Rvdo. Alejandro Lafontaine, aquí presente. Sin embargo, de papá y mamá aprendí a cimentarme en la fuerza de la esperanza que proviene del Dios de los pobres. Allí en el barrio Sabana Hoyos también aprendí lo que es respetar y valorar la dignidad que posee todo ser humano. Me enseñaron que nosotros y nosotras somos más que nuestras posesiones, titulaciones y experiencias de vida; incluso, somos más que nuestros errores y heridas. Desde un hogar pobre me dirigieron a valorar lo más sagrado que tiene todo ser humano, su dignidad. Desde niño aprendí a encontrarme con el Dios de la vida en los rostros de los pobres, los marginados y los faltos de justicia. Hoy lo apreció como el regalo más profundo que he recibido en esta vida. No esperen ustedes que a estas alturas de mi vida transite por otra vereda. Desde esta silla promulgaré el respeto hacia la dignidad que posee todo ser humano como hijo e hija del Dios Altísimo, sin exclusiones ni vacilaciones.

La Iglesia me acogió desde los 5 años, me amó y me educó. Por muchos años fui el único en mi casa en asistir con regularidad a una congregación. Hoy reconozco que se me hace difícil mirar el mundo desde otro lente que no sea el eclesial. Por medio de personas valiosas en la fe como el Rvdo. Esteban González Doble, la Pastora Rvda. Enid Olivieri y sobre todo mi amado Rvdo. Justino Pérez Ojeda, el Señor abrió las puertas para que yo pudiera canalizar mi vocación a través del pastorado en esta amada denominación. Como pastor aquí en la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa y luego en la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Río Arriba Saliente en Manatí, esta última por casi 15 años, caminé entre los callejones de la vida en donde se albergan los de las esperanzas rotas. Hice pastoral entre los pobres. Caminé entre espigas para sembrar la palabra de Dios. En mi muy amada Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Río Arriba Saliente hice una pastoral junto a los pobres y a los nuevos rostros de los postergados, sin exclusión ni separación y muchos menos etiquetando ni negando la salvación de Dios a la gente por mirar el mundo desde un escenario diferente al mío. Simplemente a cada persona que se acercó a la Iglesia le amé y le acompañé. Hice una pastoral de la niñez y la juventud. ¡Sí, canté reggaetón con los jóvenes, pero ellos tuvieron que cantar salsa conmigo! Fui el pastor de la cancha, el pastor de las pizzas y del cine. Entre estas actividades, les enseñé a las nuevas generaciones el valor del Evangelio liberador de Jesús de Nazaret. Oro intensivamente para que esa generación de jóvenes permanezca en el Señor. Hermanos y hermanas aquí presentes, les comparto esto no para aburrirlos con mi trayectoria pastoral sino para recordarles que he preferido guardar mis credenciales académicas, las cuales tengo por nada a fin de ganar al Evangelio, para asumir la presidencia del Seminario Evangélico de Puerto Rico como pastor.

Hoy me uno a una larga lista de hombres y una mujer que han consagrado sus vidas al servicio de la Iglesia, de Puerto Rico y del mundo, desde la silla que ocupo interinamente desde junio de 2019. Agradezco la contribución que hicieron quienes me precedieron en esta labor. Valoro el legado del Dr. Samuel Pagán, el Dr. Sergio Ojeda Cárcamo y la Dra. Doris García Rivera, esta última como la única mujer en ocupar esta posición. ¡A ellos y a ella, gracias por su esfuerzo y dedicación! También honro la memoria de todos aquellos presidentes que sirvieron a esta honorable institución con entereza, valor y sacrificio. La institución que hoy celebramos es producto de la semilla que sembraron nuestros pasados presidentes desde el Rvdo. Dr. James McAllister a principios del siglo XX hasta el Rvdo. Dr. Luis Fidel Mercado a principios de la década de los noventa. También por ellos y sus ministerios doy gracias a Dios honrando sus trayectorias y legados.

Nuevos comienzos; Viejos desafíos

Entonces, ¿qué aporta este servidor a una institución que posee una herencia tan rica y una historia tan hermosa, próxima a cumplir 102 años de ministerio educativo fructífero? Les diré brevemente. A finales del primer siglo la comunidad del Discípulo amado incluyó la narrativa de la incredulidad de Tomás como parte de los textos de apariciones del Resucitado (cf. Jn. 20.24-29). Este discípulo no cree la noticia de la aparición del Maestro. Dice “Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en su costado, no creeré jamás” (Jn. 20.25b, RVA2015). Ocho días más tarde Jesús lo sorprende. Le anuncia que la resurrección no borró las marcas de la cruz, sino que las transformó en vida y esperanza. Aunque las marcas siguen como recuerdo de la agonía, y a la muerte, la desesperanza y el dolor de la cruz no reinan; reina el poder salvífico de Dios. Esto significa para toda la humanidad vida nueva en Cristo Jesús.

No hay duda de que el Seminario tiene sus marcas y heridas históricas. En esta tarde yo me presento ante ustedes con las mías. Tanto el Seminario como este servidor no las podemos borrar ni ocultar. Lo que sí podemos hacer es transformar las situaciones que han producido esas marcas y heridas en esperanza. Estoy convencido de que este es un nuevo tiempo de advenimiento. Se aproxima un nuevo tiempo en donde Dios de seguro avivará su obra y el Seminario es lugar sagrado para que eso ocurra. Hoy vengo en humildad para junto a ustedes transformar la crisis presente en nuevos aires de esperanza.

Si leen con atención encontrarán que en Juan 20 hay un pentecostés hermoso distinto al narrado en Hechos 2. El evangelista escribe que Jesús sopla sobre los discípulos y les dice “reciban el Espíritu Santo” (Jn. 20.22 RVA 2015). Los seguidores de Jesús no pueden trazar nuevas rutas descartando la presencia perenne del espíritu de vida. De igual manera, el señor hoy está soplando su espíritu sagrado sobre el Seminario Evangélico de Puerto Rico para dar testimonio del resucitado en un nuevo escenario nacional. Esto, no debido a que yo haya llegado a la silla de la presidencia, sino por todos aquellos y todas aquellas que han forjado camino y han dejado huellas imborrables en esta institución centenaria. Me refiero a numerosas voces proféticas que han sabido proclamar con valentía el Evangelio. Entre ellos tenemos aquí presentes al Dr. Ediberto López Rodríguez, la Sra. Lourdes De Jesús Cesáreo, al Dr. Guillermo Ramírez Muñoz y a la Sra. Lyda E. Alvarado Cardona quienes llevan sobre 25 años sirviendo a esta institución. Junto a ellos y a ellas, se unen decenas de personas, que siguen marcando huellas de amor en favor de una educación bíblica, teológica y pastoral que responda asertivamente a los desafíos actuales en fidelidad a la palabra de Dios. ¡Mil gracias!

Desde hace casi 102 años el Seminario ha anunciado, enseñado y vivido la verdad del Evangelio de Jesucristo, y ha pagado el precio por ello. Seis denominaciones componen nuestra Junta Directiva: Las Iglesias Bautistas de Puerto Rico, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico, la Iglesia Evangélica Luterana de América Sínodo del Caribe (ELCA), la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico, la Iglesia Metodista Unida de Puerto Rico y el Sínodo Presbiteriano Borikén en Puerto Rico (PCUSA). Estas denominaciones han confiado la educación de su liderato en manos de hombres y mujeres que Dios ha llamado para esta tarea desde el Seminario. Junto a estas hermosas denominaciones hoy se unen seminaristas pentecostales, independientes, católicos romanos, no afiliados y de otras experiencias religiosas para forjar un solo cuerpo estudiantil. Por más de un siglo hemos anunciado la vida nueva en Cristo Jesús. Hemos marcado la ruta para que nuestros egresados continúen anunciando la alegría del Evangelio por todo el verde resplandor de nuestras tierras antillanas, las comunidades en Latinoamérica y los Estados Unidos de América. Les hemos dado a los estudiantes las herramientas para que anuncien con vigor el año agradable de Dios, para que caminen junto a los pobres y postergados de este mundo. En la sala de clases los preparamos pastoral y académicamente para que vayan y prediquen la buena voluntad de Dios, para que asuman la defensa de las víctimas, y para que hagan suyas las palabras de nuestro querido Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento, para ser voz de los que no tienen voz, para gritar que se haga justicia”.

Es por eso por lo que al Seminario se le llama “escuela de profetas y profetisas”. Se equivocan los que pretendiendo acallar nuestra voz nos acusan de ser “cementerio de la fe”. Esa calumnia es una falta de respeto hacia esta loable institución y poco análogo con el carácter evangélico. Quienes piensan así desnudan una espiritualidad alejada del mensaje liberador anunciado por Jesús de Nazaret.

Los retos por delante no los enfrentaré solo. Les diré cómo lo haré. En el relato de Eliseo y el ejército sirio (cf. 2 Re. 6.8-23), cuando el criado del profeta se vio sitiado por las fuerzas militares sirias, pensaba que estaba solo, que no habría solución ante la crisis. La respuesta divina a la oración de Eliseo permitió que él abriera sus ojos espirituales para ver los escuadrones del Dios viviente cuidando al profeta. Yo también tengo un escuadrón a mi lado. Invito a la facultad a estar en pie. Miren a nuestra facultad, ellas y ellos son pastoras y pastores, algunos ministros ordenados y otros líderes comprometidos con la causa del Evangelio en sus respectivas congregaciones. ¿Saben por qué están aquí en nuestras aulas? Simplemente porque han respondido al llamado de Dios y están sirviendo a Dios desde las salas de clase. Querida facultad, siempre habrá quienes, como el criado de Eliseo, trazarán mirada para juzgarles; esto sin ver ni entender lo que el Señor hace y quiere hacer por medio de ustedes. Quizás la ausencia de comprensión sea el precio que se debe pagar por mantenerse íntegro al Evangelio. Pero estoy seguro de que el Señor los bendecirá en cada momento. Ahí puestos en pies, y ante la Iglesia y el país, de seguro pueden decir con gran convicción:

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y para proclamar el año agradable del Señor. (Lc. 4.18-19, RVA 2015)

Gracias por hoy honrarme no como uno de sus colegas sino como su pastor “Y el buen pastor da su vida por sus ovejas” aunque cueste (cf. Jn. 10.11).

Hermanos y hermanas aquí presentes y a quienes nos ven por las redes sociales, es cierto que el Seminario necesita de la Iglesia, pero también lo es que la Iglesia necesita del Seminario. En una sociedad tan pluralista y compleja, el liderato de la Iglesia se tiene que instruir en las áreas de biblia, teología, teología práctica, homilética, educación, psicología, sociología, entre otras disciplinas, para desarrollar un liderazgo efectivo. Dios levantó al Seminario Evangélico de Puerto Rico en septiembre de 1919 como un lugar sagrado para que esto ocurra. El Seminario es nuestra fuente para beber agua fresca que calma la sed. El Seminario es de la Iglesia y la Iglesia es del Seminario. ¡Iglesia!, hoy con más fuerza el Seminario sigue siendo Betel «Casa de Dios y puerta del Cielo».

Hemos trabajado duro para superar la crisis económica que estremeció a la institución hace unos años. Cuando llegué a la presidencia interina el Seminario estaba viviendo un momento en donde parecía que la nave iba a zozobrar. Déjenme confesarles públicamente algo. En mis primeros días tuve noches largas en las que no podía conciliar el sueño debido a la necesidad de buscar fondos para asumir el compromiso económico con los empleados y cumplir con las demás obligaciones financieras. Una de esas noches oré desesperadamente a Dios en busca de posibles soluciones. Como respuesta sentí una dulce voz que me recordó con firmeza “que las puertas del Hades no prevalecen contra la Iglesia” (cf. Mt 16.18). Entonces, dormí. Así ha sido en este tiempo de crisis. Dios ha cumplido su palabra. Esta tarde les prometo desde lo más profundo de mi corazón que trabajaré con todas mis fuerzas para que “las puertas del Hades no prevalezcan contra este hermoso sueño de Dios”.

En este caminar hemos confiado en Dios y él ha sido fiel. Las finanzas han ido mejorando, gracias a la ayuda de tanta gente incluyendo nuestra Junta Directiva. Nuestra acreditación con la Middle States Commission on Higher Education (MSCHE) ha sido otorgada por ocho años más. Hemos reafirmado nuestras credenciales eclesiales con el Senado Universitario de la Iglesia Metodista Unida y el Comité de Educación Teológica de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos (COTE en sus siglas en inglés). Agradezco la ayuda que me brindó mi hermana, la Dra. Palmira Ríos en este gran esfuerzo. Aun en la crisis hemos otorgado becas a los estudiantes que no gozan de ayudas económicas para costear sus estudios. El Rvdo. Raúl Santiago, director de finanzas, les podrá decir que hemos condonado deudas meritorias de algunos estudiantes y hemos hecho ofrendas a otros en crisis personales. Estamos para servir al pueblo de Dios, porque somos parte del pueblo de Dios.

No puedo pasar por alto la ayuda brindada por las iglesias locales que nos han bendecido con sus ofrendas y aportaciones. Quiero agradecer en especial al Rvdo. Ángel Luis Rivera Agosto de los Ministerios Globales (ICDC-UCC) por su continuo acompañamiento y colaboración. Hoy estamos en camino para estabilizar las finanzas, aunque reconozco que todavía nos falta un poco más para lograrlo. De seguro, Dios proveerá nuevas ayudas para así continuar con este gran proyecto educativo.

Para esto nos hemos centrado en una reingeniería curricular única en la historia del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Ya tenemos la aprobación de la Asociación de Escuelas Teológicas en los Estados Unidos y Canadá (ATS, por sus siglas en inglés) para dos nuevos programas de postgrados dirigidas a los laicos: Una Maestría en Artes en Estudios Bíblicos y Teológicos (39 créditos) y una Maestría en Artes en Formación y Educación Cristiana (40 créditos). Además, estaremos presentando ante la Junta de Instituciones Postsecundarias de Puerto Rico (JIP) una Maestría en Consejería Pastoral en Familia, Pareja y Matrimonio, alineada con los requisitos y estándares de la Junta Examinadora de Consejeros Profesionales para que los egresados puedan optar por una licencia que los acredite como consejeros profesionales de familia. Esperamos iniciar este programa prontamente. En este proyecto queremos abrir un Centro de Consejería y Apoyo Psicológico como servicio a la comunidad con profesionales de primera orden. Para esto, buscaremos hacer consorcios con universidades hermanas aquí en Puerto Rico.

Por otro lado, hemos rediseñado el Programa de Educación Continua para incluir nuevos ofrecimientos orientados hacia el liderazgo eclesial en la isla. El programa está siendo enriquecido con certificaciones noveles en las áreas de Teología Feminista (Nivel Básico y Avanzado), Administración de Iglesia y Programas Eclesiales, Inclusión del Adulto Mayor a las comunidades de fe, Ministerio con la Juventud, entre otros, que se unen al Certificado de Misiones auspiciado por las Iglesias Bautistas para ofrecerles a nuestros lideres pastorales y laicales una educación teológica de calidad y responsiva a los desafíos históricos que enfrentan junto al  pueblo de Dios. Estos grados se unen a los nuevos secuenciales de la Maestría en Artes en Religión y el Doctorado en Ministerio que inician este semestre.

Actualmente culminamos la primera etapa para la remodelación de la Biblioteca Juan de Valdés, reconocida como la biblioteca teológica más importante del Caribe y una de las más completas de Nuestra América. Estoy trabajando con ahínco para comenzar a construir el Centro de Investigación Religioso. Este espacio de investigación será la nueva casa del archivo Histórico del Protestantismo en Puerto Rico y contará con la Sala de la producción literaria de la Teología Protestante Puertorriqueña. Necesitamos su ayuda y respaldo económico para ese proyecto.

Asimismo, estamos adecuando las áreas educativas con alta tecnología que viabilizan la interactividad dando paso a la modalidad híbrida. Soñamos con la construcción de un laboratorio de predicación y un salón interactivo para la enseñanza de los idiomas bíblicos. Por otra parte, la incorporación de la plataforma Populi nos ha permitido digitalizar e integrar todos los servicios de nuestras oficinas. Ya la entrega de documentos, incluyendo las notas en papel, es solo un recuerdo. Hay más. En este verano se arreglaron tres salones con equipos para convertir la sala de clases en un centro de conferencia, así los estudiantes que están a la distancia tendrán la oportunidad de continuar sus estudios. Estos tres salones se unen al salón inteligente ya existente. Agradezco la ayuda de mi hermano Jesús Rodríguez Cortés en este aspecto. Pronto nos moveremos al inicio del diseño de cursos para ser ofrecidos bajo la modalidad de Educación a Distancia.

Unidad del Pueblo de Dios

Somos una universidad, pero también somos iglesia. Nuestra misión es educar. Discutir los asuntos sociales contemplando la interdisciplinariedad del conocimiento. Nosotros les brindamos al estudiante las herramientas académicas y pastorales para que logren asumir su propia postura teológica ante los retos y desafíos que enfrentan nuestras comunidades. En la polarización social que vivimos, en ocasiones me piden que diga cuál es la postura del Seminario sobre un tema en particular. Hoy les doy una respuesta diáfana, el Seminario está para discutir, estudiar, investigar temas sin excluir ningún entendimiento. Esa es nuestra función docente. Investigar y pensar la fe son parte de nuestras funciones. Es más, ese es nuestro apostolado. Las posturas o respuestas doctrinales sobre un asunto determinado es competencia de cada denominación. A ellas les toca asumir las posturas que crean que sus feligreses deben considerar.

Como les he mencionado, nuestra junta está compuesta por seis denominaciones que en muchas ocasiones convergen en posturas pero que en ocasiones difieren. Lo importante es que de un lado o del otro, todos y todas queremos honrar al Señor, labrando caminos de justicia, paz y solidaridad. Es por eso que uno de mis esfuerzos va dirigido a promover desde el Seminario la unidad en medio de la diversidad y el respeto entre el pueblo de Dios. ¡Basta ya de usar el nombre de Dios para dividir y sesgar! Hoy en este espacio estamos sentados juntos conservadores, moderados, liberales, y nos hemos saludado con gran afectividad cristiana. Les invito a construir desde el Evangelio la fraternidad solidaria que contrarresta los poderes de la cultura de la indiferencia. Vivamos y practiquemos la unidad en el amor y la esperanza. Trabajemos juntos, no nos separemos. El país y nuestras comunidades de fe lo exigen.

Palabras Finales

Finalmente, me presento ante ustedes con mis marcas, con mi historia, pero con mi fe y con mis fuerzas y deseo de servir. De seguro, me equivocaré. Cuando eso ocurra, tiéndanme la mano. En ocasiones asumiré posturas distintas a la suyas, Jesús lo hizo. Cuando eso ocurra, ámenme. Tendré éxitos y fracasos, reiré y lloraré. Cuando eso ocurra, pastoréenme y oren conmigo. Vendrán días que querré correr y otros que ni siquiera desearé dar un paso. Cuando esto último tenga lugar, alivien mi carga. Recuerden, hoy vengo ante ustedes porque estoy convencido de que he oído al Señor que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” Entonces un fuego interior no me dejó resistir ni quedarme callado. “Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.” (cf. Is. 6.8, RVR 1960). Así que ante ustedes prometo andar como es digno del llamamiento que recibí.

Agradezco a mi madre Belén sus cuidados, al presidente de mi fan club mi padre hoy ausente, a mi única hermana Yazmin, su esposo y a mis tres sobrinos José, Rafett y Zabdiel. Los amo mucho, junto a Esmeralda son lo único que tengo. Doy gracias a Dios por ustedes siempre.

Hoy con gran honor acepto la presidencia de la principal institución para la enseñanza teológica en Puerto Rico y el Caribe. Hermanos y hermanas de la Junta Directiva, querida facultad, queridos estudiantes, amado Pueblo de Dios ante el Señor acepto con temor y temblor pastorear al Seminario Evangélico de Puerto Rico como su nuevo presidente ejecutivo. Así me ayude Dios. Amén.

 

Written by hti

Notes

Hispanic Theological Initiative
12 Library Place
Princeton, NJ 08542
609.252.1721
TOLL-FREE: 800-622-6767
Contact Us
www.htiprogram.org
  • About
  • Free Issues
  • Book Reviews
  • Submissions
  • Subscriptions





ISSN 2472-1263