Translated by Néstor Medina
Con las noticias acerca del Papa Francisco pidiéndole a las mujeres que den pecho a sus niños/as durante los bautismos en la capilla Sixtina y resaltando los beneficios de amamantar,[1] y con una serie de blogs[2] y tiendas de artículos religiosos alrededor de imágenes artísticas de María; [3] y con oraciones (re)apareciendo alrededor de esta imagen,[4] la importancia de la lactancia materna y amamantar se ha destacado a nivel mundial en la iglesia y en la sociedad. Además, con la reciente publicacion de los libros A Complex Delight: The Secularization of the Breast, 1350-1750 (2008) por Margaret Miles y Suckling at My Mother’s Breasts: The Image of a Nursing God in Jewish Mysticism (2012) por Ellen Davina Haskell, podemos ver el crecimiento de imaginarios teológicos en las investigaciones históricas y el en el uso de los pechos y la leche materna.
Imágenes recobradas, perdidas y recreadas rodean la historia de Madonas lactantes que eventualmente llegaron a las Américas. En este artículo intento rastrear estas imágenes y sus devociones desde dos ubicaciones geográficas que forman parte de los EUA con historias españolas para proporcionar esta historia más complicada. En la primera ubicación examinaré la presente Nuestra Señora de Belén en Puerto Rico. En la segunda localidad, examinaré Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto en St. Augustine, Florida.
Nuestra Señora de Belén
La devoción original a Nuestra Señora de Belén, una María de la Leche o Madona lactante fue introducida a Puerto Rico por medio de una pintura de la escuela flamenca de Rogier van der Weyden.[5] José Campeche (1751 – 1809), uno de los más famosos y reverenciados artistas puertorriqueños, pintó un número de copias de la imagen de Nuestra Señora de Belén las cuales fueron colgadas en las paredes de la iglesia de San José en el Viejo San Juan. Se pensaba que esta imagen original venía de un artista flamenco. Numerosas de estas imágenes existen aún hoy. Muchas de las pinturas de Campeche son parte de colecciones privadas, pero una de ellas pertenece al Museo Smithsoniano.[6]
La imagen flamenca era clave para las devociones de Nuestra Señora de Belén hasta 1972, cuando alguien se robó la imagen.[7] La capilla permaneció sin imagen, pero aún conserva el nombre de Nuestra Señora de Belén. Actualmente esta capilla está siendo restaurada y no está abierta al público regularmente.[8] Una canción especial desde una perspectiva puertorriqueña relata la devoción a esta imagen. Las palabras siguen:
¡Flores bellas le traigo a María
y a su hijo venerado
y le pido que extienda su mano
sobre nuestra Borinquen
Lirios blancos, de mi tierra,
recogidos en fresca mañana
yo le traigo a esta Virgen amada,
a esa Virgen de Belén.[9]
En enero 3 del 2012, una imagen de Nuestra Señora de Belén, una copia de la original, fue devuelta al Viejo San Juan y colocada en la catedral,[10] donde ella se encuentra en una pequeña capilla en la parte más antigua de la catedral. Devociones diarias a ella parecen raras. Yo estuve un período de horas durante tres días en esta pequeña capilla de aproximadamente tres metros por tres metros, y encontré que la mayoría de las devociones/oraciones eran dedicadas a un crucifijo grande en la pared opuesta con unos pocos destellos hacia Nuestra Señora de Belén. Desde su regreso en el 2012, una celebración en o cerca a enero 3 ha sido celebrada en esta catedral. Además, una capilla activa establecida en 1960[11] en Guaynabo, Puerto Rico, lleva su nombre.
Además de la escuela flamenca y las imágenes de Campeche, la colección privada de Acosta en Puerto Rico tiene dos imágenes de María de la Leche/Nuestra Señora de Belén. Ambas imágenes fueron creadas en el Virreinato del Perú. La imagen más grande es parte de una pieza de altar y es témpera sobre madera. Se piensa que la otra pintura, también del Virreinato del Perú, colgaba sobre la cuna de María de Jesús de Acosta y García. Ambas pinturas datan entre fines del siglo diecisiete y principios del siglo dieciocho.[12]
Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto en la Misión Nombre de Dios, St. Augustine, Florida, EUA
La historia de Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto en St. Augustine, Florida se remonta a una narrativa de Madrid, España. El relato sigue de la siguiente manera:
En el año 1615, a través de la calle Arsenal, un soldado borracho y bastante loco arrastraba con una soga una imagen hecha de madera vieja de Nuestra Señora. Él la había traído de otras áreas de Europa donde vivían muchos protestantes y lo más probable de dónde él era. Él la había traído a España con el encargo de dársela a un hombre de la corte. Pero cuando el soldado llegó, el hombre no estaba en Madrid.
Dado que tenía la imagen únicamente para obtener ganancias financieras, pensando en su compensación, y porque no encontró al hombre para quien estaba destinada, el soldado estaba arrastrando la imagen con una cuerda.
Al ver como manejaba la imagen con tanta falta de respeto, una mujer le dio una onza de oro para comprarla y se la llevó a su casa donde ella la veneraba con mucha devoción.
En su lecho de muerte, ella ordenó que esta imagen fuese dada al Monasterio de San Martín, donde fue venerada como la Virgen de la Leche y Feliz Parto y de Mujeres Embarazadas.
Esta famosa imagen era una de las que las reinas de España veneraban cuando se encontraban en estado de embarazo.[13]
Queda claro que esta historia debería ser entendida como un relato narrativo y no como un recuento histórico porque la fecha de 1615 parece posterior a la fecha original de la llegada de la imagen a Saint Augustine, Florida alrededor de 1606, cuando se piensa que la imagen llegó a la Misión Nombre de Dios.
Se cree que una copia de esta pequeña estatua de una María amamantando fue traída por los marineros en uno de los barcos que atracaron en Saint Augustine. Una pequeña área de tierra en Misión Nombre de Dios, ahora conocida como el Acre más Sagrado de América, fue el hogar de esta devoción tanto por los españoles como los indígenas que se convirtieron al cristianismo y vivieron adentro y fuera de la misión.
Se cree que esta estatua original se encuentra en Cuba, donde fue enviada por la inminente invasión británica, ya que St. Augustine era parte de la arquidiócesis de Cuba en ese momento. Aunque se han hecho búsquedas múltiples para esta estatua, nunca se ha encontrado. Excepto por cerca de ochenta años de cuando los británicos colonizaron esta tierra, la devoción a Nuestra Señora de la Leche se ha mantenido en Misión Nombre de Dios.
La capilla actual fue construida a finales del siglo diecinueve con algunas de las piedras de la capilla indígena original. La devoción continuó. Una nueva estatua de aproximadamente 12 pulgadas fue colocada en la capilla en los 1930s. Nuestra Señora de la Leche fue usada como la imagen para “Oraciones en tiempos de guerra,” un libro de oraciones para soldados de la segunda guerra mundial.[14] Parte de la “Oración para Nuestra Señora de la Leche en tiempo de guerra” dice,
Hoy cuando las nubes oscuras de la guerra nos envuelven y tragedia golpea en medio de nosotros, venimos a ti. Madres, padres, hijos – todos nos arrodillamos ante ti. Oh Señora de la Leche, no hay dolor, ni pérdida, ni tristeza, que tu Corazón de Madre no entienda, no hijo de Jesús a quien tu no ayudarás. Míranos hoy, oh Madre, y ofrece a tu Santo Niño nuestras sinceras peticiones por la paz del mundo, por la protección de nuestros seres queridos, por la bendición de nuestras familias.
Hoy, esa pequeña capilla en Misión Nombre de Dios dedicada a Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto está llena con devociones y oraciones. El obispo pensó que ella necesitaba ser más grande que la de los 1930s, así que en los 1970s la reemplazó con la imagen actual que mide cerca de 24 pulgadas. La capilla se llena con turistas curiosos, niños estudiantes católicos siendo indoctrinados en la devoción, como también con padres, particularmente madres, dando gracias por sus hijos/as, en su mayoría bebés. La pequeña capilla en Florida tiene un poco de calidez ya que hay cuatro grandes velas encendidas en los candeleros y en el piso debajo de los candeleros otras velas brillan en silencio, pero poderosamente. Muchas de las candelas tienen las peticiones de las personas escritas con marcador en la misma candela. Algunas de las candelas fueron puestas sin nada, encendidas, y acompañadas con una oración. Un recuento narra la historia de cómo una mujer y su hija rezaban en la capilla casi a diario por quince años para que su hija concibiera un hijo/a. Desafortunadamente sus oraciones nunca fueron respondidas y este milagro nunca fue concedido.
Sin embargo, al menos una vez al día durante mi estadía en la capilla, yo escuché la palabra “milagro” con un resultado positivo. Algunas personas venían a dar gracias o sólo a anunciar un milagro otorgado por sus oraciones a Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto. Los milagros descritos variaban desde las expectativas mayores de vidas salvadas o la concepción y nacimiento de niños/as hasta cosas más pequeñas como la vida de cada uno de los niños/as en la escuela.
El obispo actual, Felipe de Jesús Estévez, ha declarado a Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto la Santa Patrona de la diócesis de Saint Augustine, Florida. A pesar de que fue criado principalmente en los EUA, él trajo su devoción a esta María de Cuba, su tierra natal. Por esta decisión y el deseo de difundir la devoción, candelas, estatuillas, rosarios, alfileres, tarjetas de oración, libretas de notas, novenas y más se pueden encontrar dedicados a Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto en la tienda de regalos de la misión. Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto fue la imagen usada para las tarjetas de oración durante el Año de Fe (octubre 11, 2012 a noviembre 24, 2013) en la diócesis.[15] En Misión Nombre de Dios, el pecho de Nuestra Señora de la Leche se ha cubierto cada vez más en las tres iteraciones creadas para la capilla en el siglo veinte.
Entonces, ahora que he presentado partes de la complicada historia de la imagen que se encuentra en Viejo San Juan y Saint Augustine, me dirijo a discutir los temas de cómo el pecho como símbolo sagrado ha sido usado como dador de vida y para manipulación o pecados sociales.
Temas de las Imágenes
El pecho como símbolo sagrado es parte de una historia no inocente con respecto a clase social, guerra, colonización, como también prejuicios e intolerancia católica/protestante. Primero, el dominio español del catolicismo sobre cualquier otra expresión religiosa, incluyendo los protestantes, convirtió de esta imagen en una de especial devoción. El hecho que la historia de Madrid representa al hombre maltratando la pequeña estatua de madera como alguien contratado en España, de otra tierra la cual está llena de protestantes, muestra la creencia tanto en la superioridad del catolicismo en España por la devoción religiosa como en los símbolos sagrados, pero no por la ayuda militar o proyectos de construcción.
Segundo, las imágenes parecen pertenecer principalmente a las clases más altas y miembros de la élite social. Las imágenes puertorriqueñas fueron obras de pintores considerados históricamente significativos, y las imágenes en la colección privada Acosta fueron pintadas para altares hogareños, para miembros de la aristocracia. La imagen fue utilizada a veces por aquellos en los barcos viajando a las Américas, para que guiara sus viajes. Estos viajes, como sabemos muy bien, fueron en su mayoría para saquear recursos, convertir pueblos al cristianismo, y para traer sirvientes africanos y esclavos para trabajar la tierra en las minas por productos de alto precio.
Tercero, las mezclas no siempre positivas de formas de vida indígena y español se encuentran alrededor de estas imágenes, particularmente and las canciones, oraciones, y las perspectivas culturales que se encuentran entre sí. Por ejemplo, el caso de Doña María, una cacica se destaca porque ella era una mujer gobernante de cerca de tres mil Timucua en seis asentamientos diferentes a principios del siglo diecisiete. Doña María se casó con un soldado español y vivieron en Misión Nombre de Dios, que era su base de gobierno. Muchos Timucua se convirtieron al cristianismo y tenían una devoción a Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto pero la mayoría también retuvo partes de su religión tradicional. (Geiger 2003, 23) A Doña María se le atribuye el haber salvado a las personas que vivían en Misión Nombre de Dios y las comunidades circunvecinas, de rescatarlas de morir de hambre alimentándolas con maíz. Los españoles no solo preferían el trigo, sino que pensaban que el maíz era un alimento de salvajes no apto para personas razonables. El recuento dice que a Doña María se le permitió compartir su maíz porque era de la clase élite y porque era tiempo de necesidad. Así que la leche que María comparte con Jesús y con la humanidad era considerada neutral o sin clase socioeconómica ni influencia religiosa particular por parte de los españoles y de Doña María, pero el maíz, también compartido por una mujer, necesitaba ser acompañado por una recomendación o justificación, para que fuera considerado alimento permitido a comer por los españoles.
Cuarto, y muy relacionado con los dos puntos previos, estas dos imágenes parecen representar algo más que una relación de madre e hijo cuando se consideran en espacios sagrados y devociones. Ellas afirman el cuerpo de las mujeres como portadoras de divinidad. Sin embargo, todas las imágenes que he visto en Saint Augustine y San Juan tienen piel bien pálida y cabello rubio rojizo. Se asemejan a lo que consideramos facciones europeas, lo que plantea la cuestión de cómo la devoción por los Timucua en su tiempo y varios devotos de hoy entran en una mezcla compleja de ver una imagen muy natural, una madre amamantando a su hijo, y una imagen que lleva incrustados significados raciales y de clase.
Actualmente, el poder de devoción de estas madonas dando pecho parecen atraer a las personas de muchas maneras diferentes. La continua lucha por la vida rodea estas imágenes. Para la mayoría de las imágenes, una imagen de Nuestra Señora de Dolores también se encuentra en las cercanías. La tensión entre el sufrimiento humano, particularmente el de las mujeres y la lucha por nacer y nutrir la vida es un tema teológico que se puede encontrar con estas imágenes. Historia tras historia de velas devocionales, oraciones, y la colocación de las estatuas de estas dos Marías cerca una de la otra, continúan mostrando este tema. También, la aparición de las estrellas y el sol en relación con la imagen es un tema recurrente. Como lo es el tema del Espíritu Santo ya sea rodeando a María a través del color de su vestido, actuando a través de María en el poder de su “Si”, o como el Esposo de María, como se encuentra en el formulario trinitario tradicional medieval. Claramente, tanto estas imágenes como la devoción a estas imágenes todavía aparecen en una variedad de espacios públicos.